viernes, 7 de octubre de 2011

La delincuencia en el Ecuador

Despertemos todos, autoridades y ciudadanía: la delincuencia solo puede ser combatida con la participación de todos los sectores que conforman la colectividad. Es imprescindible una coordinación entre policías, militares, guardias privados, seguridad de barrios, ciudadanía en general y todos, quienes de manera activa tenemos que comprometernos a no permitir que la delincuencia se adueñe de nuestras ciudades. La delincuencia tiene que ser acorralada y debe de temer salir a las calles a delinquir. Se necesita que la colectividad se organice bajo la coordinación directa de la Policía Nacional.

Es hora de que el ciudadano se comprometa a esta lucha contra la delincuencia. Seamos patriotas, en grupo ataquemos a quienes roban a nuestros hermanos; de no hacerlo, mañana seremos nosotros. En los barrios en que viven los delincuentes saben perfectamente quiénes son, denunciémoslos entonces de forma reservada, ayudemos a que las autoridades los metan a la cárcel. Es imposible de otra manera. Tal vez no roben en sus barrios, como dicen que era antes, pero hasta esos “códigos” se pueden haber perdido. Tomemos conciencia.

Se han cometido errores que deben ser enmendados; se pensó que solo la Policía tenía que ejercer el control contra la delincuencia, desarmando e impidiendo que guardias municipales, guardias privados y elementos civiles puedan portar armas, despreciando el gran poder disuasivo que estos representaban al crear un ambiente hostil para los delincuentes, quienes no podían actuar con la tranquilidad en que hoy se desenvuelven.

Se pensó que no era apropiado que ciudadanos civiles porten armas, a pesar de que estaban debidamente registradas, y creyeron que al hacer esto desaparecerían las armas de las calles de nuestras ciudades, pero olvidaron algo muy importante: nuestra patria tiene una realidad muy diferente a otros países de la región y de primer mundo. Hay un nivel de cultura distinto en el Ecuador, nuestro pueblo es en gran medida artesano, y en este pequeño país nuestra propia gente fabrica armas artesanales de calidad.

Gran cantidad de revólveres y pistolas artesanales se producen en barrios marginales, esta es una realidad que la Policía la comprueba a diario con las requisas hechas a delincuentes, quienes sin ningún problema las vuelven a adquirir por pocos dólares.

¿Qué se logró desarmando a la población que algo tiene que perder? Los delincuentes dejaron de temer, se hicieron dueños de las calles, tienen la certeza de que ningún ciudadano de bien se va a arriesgar a tener antecedentes penales por portar un arma para defenderse, y esto fue un detonante exponencial para que muchos quienes no se atrevían a delinquir, por miedo a ser repelidos, ahora sin peligro e incentivados por esta “seguridad” para cometer fechorías pueden apropiarse de grandes sumas de dinero fácilmente, despreciando la fuente natural de obtenerlo, que es el trabajo. Al existir más casos de asaltos en las calles suben las posibilidades de que haya hechos de sangre con pérdidas de vidas de padres, madres y hasta de niños, con la tragedia que esto significa.

El portar armas debe ser manejado con cautela, se deben otorgar permisos a quienes estén en capacidad de manejar armamento, con los debidos controles. Las autoridades deben ser conscientes de que el mayor beneficio de permitir que un pequeño segmento de la población porte armas creará en la delincuencia el desconcierto, que es aprovechado por quienes no portamos armas, logrando defendernos solo permaneciendo alertas, ya que quienes conocen de seguridad saben que la delincuencia ataca a víctimas distraídas por temor a que estas puedan estar armadas y la repelan. Hoy podremos estar muy atentos, pero a la delincuencia poco le importa, pues sabe que nada podemos hacer contra ella.

No nos olvidemos de que existe una ley natural: el fuerte se come al débil. Si la delincuencia es quien posee armas y la gente de bien no tiene cómo defenderse, la batalla la tenemos perdida; debe existir un equilibrio que calme las cosas.

¿Cómo puede el Estado controlar que la delincuencia no tenga armas en el territorio nacional, si en un sitio confinado como la Penitenciaría no pueden controlar el tráfico de armas? Mes a mes requisan pistolas y hasta granadas. Reflexionemos al respecto.

No digo que portar armas sea la solución al problema delincuencial, lo que pienso es que el abolirla empeoró dramáticamente el problema. Se tiene que trabajar en el endurecimiento de penas, el mejoramiento del sistema investigativo que evite la impunidad y, lo más importante, reconocer que la seguridad la hacemos todos, siendo imprescindible la participación activa de los diferentes elementos de la sociedad para lograr un Estado en que los ciudadanos podamos trabajar en total tranquilidad, donde la delincuencia no encuentre terreno y los ecuatorianos con educación y esfuerzo mejoremos nuestra calidad de vida, entonces sí nuestra realidad será la misma que esos países que usamos como ideal.



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